sábado, 19 de julio de 2025

Mi hno. Y el propósito de Dios



Tema: El juicio que hace Dios a Edom

Título: Hermanos de sangre, hermanos de propósito.

Mensaje: “Por haber injuriado a tu hermano Jacob, Edom serás avergonzado”

Texto: Abdías 1:10

El juicio pronunciado contra Edom, fue una denuncia profunda contra un corazón que injurió a su propio hermano, no solo de sangre, sino de propósito. Edom e Israel provenían de un mismo linaje, ambos con un llamado Divino: formar parte del plan de Dios para levantar una nación santa y preparar el camino para que de su generación viniese Su Hijo y Su Reino.

El libro de Abdías relata con profundidad todo este juicio a Edom. Y las razones que expone son las siguiente:

1. Por la injuria a Jacob.

a. 1:10 Por haber injuriado a tu hermano Jacob, serás avergonzado, y dejarás de existir para siempre. Ez 35:12

2. Por haberse portado como sus opresores.

a. 1:11 En el tiempo que entraban por sus puertas, echaban suerte sobre Jerusalén, para quedarse con sus bienes, cuando extraños se llevaban cautivos a su ejército. A pesar de tu estar delante de Jerusalén, y poder ayudarlos, tú también te portabas como uno de ellos.

3. Por no ayudar a su hermano en su calamidad.

a. 1:12 Puesto que tú no debiste haber estado mirando en el día del infortunio de tu hermano, ni debiste haberte alegrado de los hijos de Judá, en ese día en que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la angustia sobre ellos.

b. 1:13 No debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no debiste haber mirado su mal en el día de su quebranto, ni haber agarrado sus bienes en el día de su calamidad.

4. Por matar a los que escapaban del exilio.

a. 1:14 Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para matar a los que de ellos escapasen; ni debiste haber entregado a los que quedaban en el día de su angustia.

“La generación de Edom por su mal proceder con los hijos de Jacob. 10; Jer 49:7-22; Sal 137:7. Pasaron por el juicio de Dios. Dios levanta a todas las naciones para luchar contra Edom. Edom quedó destruida totalmente en última instancia en el primer siglo, en el Imperio Romano, dejando de ser pueblo.

A Edom se le hizo su primer juicio, cuando se les hizo a las naciones, después del exilio de Judá.

Luego en el año 400 a de C. los nabateos, desplazaron a los edomitas de sus tierras. En el tiempo de los asmoneos, después de la revuelta macabea, los echaron de sus tierras y lo obligaron a ser judíos. Por último, la desaparición de Edom como nación y como pueblo es uno de los cumplimientos más claros y completos de una profecía bíblica. Abdías, Jeremías, Ezequiel y otros profetas anunciaron su juicio, y la historia lo confirmó. Ez 35:3-9. Herodes el grande era de la ciudad Idumea, y en la destrucción de Jerusalén, desaparece Idumea. El territorio donde habitaban los Edomitas.

Entre tanto todo el juicio hecho a Edom, se resume en el mal trato que les dieron a sus hermanos. En resumen Abdías lo proclama así:

1. No ayudarle en el infortunio de Jacob.

2. Eras como uno de sus enemigos, en el día de su infortunio.

3. Mirabas la desgracia de hermano y no le ayudaste.

4. Más bien te alegras de que tu hermano quedó en ruina.

5. De paso te jactas de no ser tú el que se perdía y de ser afortunado.

6. Por sus puertas entraste y agarraste sus bienes en el día de su ruina.

7. Al que escapaba del exilio, en la encrucijada lo acechas para matarlo.

8. De igual forma al que quedaba lo entregaste en el día de su angustia.

9. Por toda la injuria levantada a tus hermanos.

“Todo este juicio que se le hace a Edom, es una prueba clara de cómo será el juicio de Dios con respecto al trato que se le da a su hno. En este caso de sangre. También eran hermanos por el mismo propósito que Dios tenía con ellos de hacer una gran Nación para su Hijo, para su reino. Así que no solo eran hermanos de sangre sino de propósito. Parecido a la iglesia de Jesucristo actualmente. Dios ya no juzgará por un juicio de condenación a los que han creído en él, sin embargo, si por un Juicio de méritos. En todo caso al hacer todos estos actos que hizo Edom se niega, que algún momento haya creído o confiado en Dios”

Porque, Edom eligió el orgullo, la ambición y el desprecio. Y lo que Dios revela en Abdías, Ezequiel y Jeremías es claro: Dios observa cómo tratamos a nuestros hermanos, porque la comunión entre nosotros refleja nuestra relación con Él.

La iglesia de Jesucristo hoy también comparte esa doble hermandad: unidos por la fe y por la misión. Dios no juzga con condenación a quienes han creído, pero sí los evalúa en un juicio de méritos, examinando cómo han tratado a los demás con justicia, humildad y compasión.

Cuando negamos al hermano, traicionamos también el propósito de Dios. Así como Edom quedó sin lugar, también nosotros corremos el riesgo de perder la recompensa si vivimos con un corazón endurecido.

Reflexión. Piensa hoy: ¿cómo estás tratando a tus hermanos en la fe? ¿Estás fortaleciendo el propósito de Dios en tu vida y en la comunidad? El juicio no solo revela castigo, sino también una oportunidad para arrepentirse y volver al diseño divino.

Oración “Señor, líbrame de la soberbia que me hace mirar con indiferencia a mi hermano. Ayúdame a honrar el propósito que compartimos en Jesús tu Hijo, con misericordia, unidad y obediencia. Que mi vida sea fiel al llamado que Tú me diste, y que refleje tu amor en cada acción. Amén.”

  

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